MINDFULNESS: ELLEN LANGER Y VIDA CONSCIENTE
Share
En un mundo donde correr sin parar y vivir con 47 pestañas abiertas es lo normal, detenerte a observar el presente puede parecer una pérdida de tiempo. Pero Ellen Langer —psicóloga de Harvard y pionera del mindfulness con más de cuatro décadas de experiencia— dice todo lo contrario: estar presente es una estrategia brutal para reducir el estrés, rendir mejor y ser más creativo sin necesidad de meditar por horas como los gurús, cuando en tu vida diaria ni tienes tiempo de sentarte en el sanitario más de diez minutos.
Conociendo a Langer
Ellen Langer es pionera del estudio del mindfulness científico en Occidente. Para ella, la atención plena no se trata solo de meditar —que también está bien si es lo tuyo—, sino de estar realmente presente. A diferencia del enfoque oriental, Langer define el mindfulness como el acto de prestar atención activamente a lo nuevo.
¿Ejemplos? Lavarte los dientes como si fuera lo más fascinante del día. Sentir cada cerda del cepillo. Manejar sin pensar en la reunión de mañana ni en la lista del súper. Porque sí, se puede vivir en el ahora sin mudarte al monte.
Su trabajo ha impactado la psicología positiva, la economía del comportamiento y hasta la medicina mente-cuerpo. Lo mejor: su enfoque no requiere que cambies tu vida externa, tan solo interna. Es mindfulness versión Occidente™, apto para empresas, CEOs estresados y gente que quiere estar menos en piloto automático y más en piloto regulado.
La paradoja del control
Todos buscamos cierta estabilidad en la vida: una rutina predecible, relaciones sin sorpresas, un trabajo donde todo funcione como un reloj. Pero, como bien apuntan tanto Langer como Oriente, la vida es cambio constante. Y cuanto más nos aferramos al control, más frustración sentimos.
Es una paradoja: querer controlar el cambio para sentir que nunca podremos hacerlo, nos causa ansias y frustraciones. Lo irónico es que, al aceptar la incertidumbre y abrazar la novedad, recuperamos el verdadero poder: la libertad de responder con conciencia en lugar de reaccionar en automático.
Estudios de género y mindfulness
En un estudio sobre mujeres en altos cargos, Langer dividió al grupo en dos. Unas mujeres interpretarían el rol de género femenino, el cual suele estar estereotipado por la debilidad y la dulzura en posiciones de alto rango. El otro grupo representaría un rol más masculino, enfrentándose al estigma de ser vistas como mujeres demasiado fuertes o "arpías". La tarea era sencilla: dar una charla pública. Sin embargo, el truco estaba en que dentro de cada grupo serían divididas nuevamente. A la mitad se les dio la instrucción de hablar desde el mindfulness, es decir, conectadas con la audiencia, el presente y alejadas del piloto automático. Los resultados fueron sorprendentes: el público prefería a todas las mujeres que dieron charlas en modo mindfulness, sin importar el rol de género que estuvieran interpretando.
Ejercicios para vivir más conscientemente
¿Y cómo podemos empezar a integrar este enfoque en lo cotidiano? Aquí van tres ejercicios sencillos (y retadores) inspirados en las propuestas de Langer:
-
Si te leen la mente: ¿pensarías lo mismo?
Por un día, imagina que tus pensamientos son transparentes y visibles para los demás, como si tuvieras un cartel luminoso en la frente. ¿Seguirías emitiendo los mismos juicios? El mindfulness implica observar sin etiquetar todo como bueno o malo.
-
La pregunta del millón:
Cuando algo te moleste, antes de reaccionar pregúntate: “¿Esto es una tragedia o simplemente un inconveniente?”. Esta pausa de consciencia puede transformar tu día.
-
Di no al balance, di sí a la integración
Olvida la idea de que debes encontrar un equilibrio perfecto entre trabajo y vida personal, como si fueran opuestos en una balanza. Mejor, busca integrarlos de forma auténtica. Como dice una amiga, “haz tu propio remix”. Encuentra lo que a ti te funciona. Cuando piensas en balance, estás cometiendo el error de poner dos ideas complementarias con carga contraria, como si fueran opuestos. "El trabajo me hace sacrificar mi vida personal" o "No tengo tiempo para trabajar porque mi familia me ocupa mucho tiempo". Utiliza la palabra integración para ver cómo puedes manejar ambas cuestiones sin que peleen entre sí.
¿Y si nos permitimos ver la vida con otros ojos?
En tiempos de incertidumbre y cambio constante, la capacidad de conectar con lo que ocurre aquí y ahora se vuelve clave para navegar la complejidad con mayor bienestar.
Practicar mindfulness no requiere irse a un retiro ni meditar X horas al día. Empieza con pequeñas decisiones: escucha activamente a alguien, deja de suponer, observa con más detenimiento, cuestiona tus rutinas. Conectarte contigo y con el presente puede ser el acto más revolucionario de todos.
Reto de atención plena
Elige solo una cosa en el día en la que pongas toda tu atención, ya sea tomarte tu taza de café y mantenerte anclado con cada sorbo con la textura y la temperatura. Puedes elegir, mientras vas en el auto, observar tu entorno, conectarte con la carretera y mirar el paisaje citadino. Otra posibilidad es que dejes el celular de lado cuando cenes en la noche y te enfoques en la conversación que tienes o en el sabor de cada bocado.