SALVATE A TI MISMO: NAVAL RAVIKANT

SALVATE A TI MISMO: NAVAL RAVIKANT

El otro día me crucé con un podcast, comenzaba crudo y sin disculpas:

“Los doctores no te harán saludable, los nutricionistas no te harán delgado, los profesores no te harán inteligente, los gurús no te harán entenderte, los mentores no te harán rico, los entrenadores no te esculpirán el físico. Al final, tú debes tomar responsabilidad sobre tu vida. Sálvate a ti mismo”.
Naval Ravikant

Y esta frase caló algo dentro de mí, como si la llevase tatuada en la espalda, pero nunca la hubiese leído. Es un himno.

Naval lo dice sin adornos: nadie va a venir a rescatarte. Ni tu terapeuta, ni el libro que estás subrayando con marcador fosforescente, ni siquiera tu app de meditación con notificaciones push. ¿La buena noticia? Tú puedes. De hecho, solo tú puedes.

En años recientes, vivo bajo un lema: TODO sirve.

La acupuntura, la psicología, las constelaciones, la meditación, el yoga, los cristales, la medicina tradicional, la medicina china, el psicoanálisis, el sound healing, el mindfulness, la religión, entre otros. Lo que sucede es que somos seres de ideas absolutas y creemos que porque uno de estos no nos sirvió en cierto momento de nuestra vida, a nadie nunca le van a servir. Falso. 

A. A cada uno de nosotros le sirven cosas diferentes de acuerdo al sistema de creencias que haya desarrollado en cierto punto de su vida.
B. Hay veces, ensayamos cosas en momentos inadecuados. Esto significa que lo que aprendiste en esa etapa, te servirá en otra, pero no precisamente en esa.  
C. Eres la única persona que puede ir a terapia por ti, eres la única persona que puede entrenar su cuerpo haciendo actividad física, ¡eres la única persona que puede entender sus traumas si así lo decide!

Conociendo a Naval Ravikant

Filósofo moderno, inversor tech, multimillonario. Naval Ravikant es un empresario e inversor indio-estadounidense. Cofundador, presidente y exdirector ejecutivo de AngelList. En sus comienzos, invirtió en más de 200 empresas, incluidas Uber, Foursquare, Twitter, entre otras. Naval se ha convertido en un referente para quienes buscan claridad en un mundo sobre estimulado. Su enfoque mezcla filosofía estoica, conciencia plena, libertad financiera y un brutal sentido de responsabilidad personal. No hay atajos. Solo decisiones.

¿Si todo recae sobre mí, cómo me puede doler tanto?

Muchas veces he pensado lo siguiente: aunque uno nazca en el Tíbet y tenga como padre y madre a dos ángeles caídos del cielo, lo más probable es que por el hecho de ser humano desarrolle un trauma... no soy psicóloga, pero creo saber de lo que hablo.

Con más de 15 años yendo a terapia y tomando pastillas para la ansiedad, a mis casi treinta lo he dejado. ¿Tremendo logro? sí. Pero nunca te recomendaré que lo hagas, sería irresponsable de mi parte y ese fue MI camino.

Confío plenamente en que si un fármaco te hace la vida mejor, debes tomarlo. Pero también confío plenamente en que si desarrollas tolerancia, no debes tirar la toalla. Soy la viva prueba de que se puede sanar, así los médicos te digan que no, así la sociedad te grite que es imposible.

“En trescientos años hablamos" contesto. Veo las cosas desde un panorama amplio porque no trago entero; lo que asumimos como real y verdadero hoy, puede que no lo sea el día de mañana.

Hablamos en 300 años...

En los años cincuenta, muchas amas de casa tomaban Benzedrina (anfetamina) y Desoxyn (metanfetamina) para relajarse y mantenerse activas. En una época donde se esperaba que las mujeres fueran impecables esposas, madres, anfitrionas, zombies felices sin descanso ni queja, estas pastillas eran vistas como un milagro. Con el tiempo se descubrió el potencial adictivo y dañino de estas drogas. Las mujeres desarrollaban tolerancia, dependencia, insomnio, ansiedad y otros problemas de salud. Muchas terminaban con cuadros de depresión severos, agotamiento extremo o incluso adicción. El "Housewife's Syndrome".

Ejemplo número dos: el Minoxidil, hoy conocido por millones como el tónico estrella contra la calvicie. Su origen fue otro; en realidad, este medicamento fue desarrollado para tratar la hipertensión arterial severa. Durante los ensayos clínicos, los médicos notaron un curioso efecto secundario: los pacientes comenzaban a crecer vello de forma inesperada, incluso en zonas donde antes no lo tenían. Así nació su reinvención como tratamiento tópico para la alopecia. Irónicamente, algo creado para salvar vidas pasó a formar parte de rituales cosméticos cotidianos. Aunque no fuera diseñado para eso, hoy es una de las soluciones más populares para la caída del pelo… y también uno de los mejores ejemplos de serendipia farmacológica.

Ejemplo número tres (mi favorito): La estimulación magnética transcraneal (EMT). Es una técnica cada vez más utilizada para tratar la depresión resistente. Consiste en aplicar pulsos magnéticos dirigidos a áreas específicas del cerebro vinculadas con el estado de ánimo. Lo más curioso: entre el 50% y el 70% de los pacientes reportan mejoría significativa, incluso cuando nada más ha funcionado. ¿La parte desconcertante? La ciencia aún no entiende del todo cómo o por qué funciona. Aunque la evidencia clínica respalda su efectividad, los mecanismos neuronales exactos siguen siendo un misterio. La única explicación adecuada que he podido encontrar durante mis investigaciones personales es la de la clínica de Stanford:
👉 https://med.stanford.edu/news/all-news/2023/05/depression-reverse-brain-signals.html

Así que, grábate esto: la única manera de sanar es desconfiar de los absolutos y no dejar que el auto sabotaje nuble tu visión. Hacer el trabajo y sentir el dolor. Probar TODO lo que creas pueda ser beneficioso para ti, siempre poniendo tu salud y valores por encima.

 

Naval dice: deja los mapas ajenos

Tu camino no viene en forma de un test pre-diseñado. Para entenderte profundamente, Ravikant te propone:

  1. Ser tú mismo:
    Parece fácil, pero ¿cuántas veces estás actuando según lo que “deberías” hacer o ser? Naval dice que imitar es cosa de tontos. Que seas tú mismo con tanta autenticidad que parezcas un animal exótico. Porque lo eres: Tu ADN, tus heridas, tus aprendizajes, tus fracasos, todo te califica para algo único en el universo. El truco está en dejar de copiar el camino de otros y empezar a andar el propio con descaro. 

“Nadie será mejor que tú en ser tú. No hay competencia real ahí.” — Naval Ravikant

  1. Encuentra tu misión:
    Según Naval, hay algo allá afuera que necesita exactamente lo que tú ofreces… pero jamás lo encontrarás si estás demasiado ocupado tachando listas que no escribiste. En otras palabras, labra tu propia forma de vida. 

A mis casi treinta años, descubrí que cuando apostaba por otros, mi cuerpo lo repelía. Me soñaba siendo directora de un departamento y era buena cuando trabajaba para otros, pero algo me picaba de forma constante.

Fue un burnout lo que me detuvo. Crecí sin tenerme la fe, sin plantearme realmente si debía apostar por mis capacidades; la vida me demostró lo contrario. Encontrar mi propio camino fue parte fundamental de mi proceso de sanación. 

  1. Tu prioridad número uno: tu salud.
    Naval dice que por encima de la familia, la felicidad, la carrera, o las pasiones, hay algo que debe priorizarse: la salud. Incluso, expone su propia jerarquía personal: primero va la salud física, luego mental, a continuación la salud espiritual y finalmente la salud en sus relaciones.         

Estamos hablando de un multimillonario que asegura que puede estar acabándose el mundo, pero que primero él vela por su estado físico y energético. Ravikant comprende el concepto de Health is wealth, como dicen en inglés para referirse a "la salud es riqueza". Pregúntate si estás viviendo tu vida desde este concepto.

Algunos tips adicionales:
• Aléjate de los ultraprocesados.
• Haz ejercicio, incluso si no lo posteas en redes.
• Desconéctate del celular: tu sistema nervioso no fue diseñado para esta cantidad de dopamina.
• Incomódate: camina descalza, pasa frío, ensúciate. Recupera la sabiduría del cuerpo.

Últimas palabras: Libertad radical en el siglo XXI

Naval no habla de libertad como un concepto hippie o filosófico, sino como un diseño de vida. Estos son algunos de sus pilares:

Libertad del reloj: Si no usas tu tiempo para ganar, aprender o gozar, ¿en qué lo estás usando?
Libertad de la expectativa ajena: Lo que otros esperan de ti, es su problema.
Libertad de la ira: La rabia es un contrato que firmas contigo misma para estar mal… hasta que el mundo cambie (spoiler: no lo hará).
Libertad de la hiperconectividad: El teléfono es útil, pero también una trampa para la mente ansiosa.
Libertad de lo innecesario: Cuanto menos necesitas, más libre eres.


Sálvate a ti mismo, no porque estés roto, sino porque eres kintsugi.

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